El informe económico proyecta que el consumo privado continuará siendo un elemento fundamental para la economía española en 2024, a pesar de la desaceleración observada en el último trimestre de 2023 y las elevadas tasas de interés. Se estima que el Producto Interior Bruto (PIB) de España crecerá entre el 1,7% y el 1,8%, superando la media europea, gracias a la estabilidad del mercado laboral y a medidas de política monetaria que han suavizado las condiciones financieras, facilitando así el acceso al crédito y estimulando el gasto de las familias.

El análisis resalta el significativo aumento en el consumo de bienes duraderos en 2023, lo que indica condiciones económicas favorables. A pesar de la persistente resistencia en el consumo, se espera un crecimiento más moderado en los próximos meses. Sin embargo, el informe señala desafíos a largo plazo, incluida la insuficiente inversión tanto pública como privada, lo que podría obstaculizar el crecimiento económico a largo plazo. La ejecución de los fondos Next Generation EU se presenta como una preocupación, ya que su baja implementación podría limitar el impulso económico.

Además, se identifican riesgos significativos, como la amenaza del cambio climático para sectores clave como el turismo, la agricultura y la ganadería, lo que requerirá inversiones considerables y reformas estructurales. La gestión eficaz de los flujos migratorios también se destaca como un desafío crucial para contrarrestar el impacto del envejecimiento demográfico.

A largo plazo, se enfatiza la necesidad de abordar la baja productividad mediante inversiones en educación y formación profesional. Esto ayudaría a crear un entorno propicio para el desarrollo de un tejido productivo competitivo y moderno en sectores emergentes. En conclusión, aunque el consumo privado se mantiene sólido en el corto plazo, se requieren acciones coordinadas y políticas sólidas para garantizar un crecimiento económico sostenible y resiliente a largo plazo en España.